Mi amiga Ingrid tiene una bonita casa en un rincón precioso de la Alpujarra, al sur de Sierra Nevada, es una casa rural cálida y apacible, rodeada de huertas y bañada por el sol. Allí se puede disfrutar de la naturaleza, bañarte en la piscina, descansar al lado del hogar o zambullirte en la cultura alpujarreña.
Se llama Cortijo La Encina y os aseguro que es un sitio con una situación sorprendente, incluso puedes ver el mar estando en lo alto de la Alpujarra. Entre los atractivos que tiene podemos sumar además, unos magníficos arbustos silvestres de grosellas rojas. Ingrid me sorprendió cuando me trajo las grosellas frescas, recién cortadas y de un bonito color rojo.
Las grosellas son un fruto con un intenso sabor ácido y puedes tomarlas al natural, mezclándolas con otros productos o añadiéndolas a tus recetas. Yo me decidí a hacer con ellas una deliciosa mermelada que además de dar sabor a las tostadas me sirvió para hacer también unas minicheesecake de grosella.
Ingredientes:
500 g. Grosellas
375 g. Azúcar
Agua
Lo primero que tenemos que hacer es separar las grosellas de las ramitas y lavarlas bien en un escurridor bajo el grifo del agua fría. Una vez escurridas se pesan, y se colocan en un recipiente hondo.
Ahora, tendremos que pesar el azúcar, puedes poner la misma cantidad de azúcar que de frutas y si no te gusta tan dulce pues pones tres cuartas partes del peso de las grosellas. Se mezcla y se le añade un chorreón de agua. Así las dejaremos macerar de una a dos horas
Echamos la mezcla a un cazo y lo ponemos al fuego, cuando empieza a hervir bajamos al mínimo y lo vamos moviendo sin parar con una cuchara de madera. La textura ideal tendremos que mirarla un poco a ojo, si probamos echando un poquito sobre un plato y la mermelada gelifica cuando se enfría es que ya está lista.
Las grosellas tienen muchos huesos pequeñitos así que guarde algunas de las grosellas enteras para añadir al resultado final y el resto lo puse en un colador grande colocado sobre un bol y con una cuchara fui apretando y girando hasta que toda la confitura paso al bol y solo quedaron los huesitos.
Reservé unos 150 g. que tenía que usar para unas minicheese cake de grosellas y rellene dos botes de mermelada. No les hice el vacío porque no tenía cantidad para ello, pero si tienes bastante puedes hacer conservas al baño maría o con la olla exprés, pero eso os lo explico otro día.
En los botes les metí unas cuantas grosellas enteras de las que había apartado que completaron la vista y el sabor de la mermelada. ¡¡De verdad!! me sorprendió gratamente su sabor, nunca había probado nada igual, probarla y veréis...
Btrix
Me guié por Mercado calabajío
Me encantan las mermeladas caseras! Tiene muy buena pinta!
ResponderEliminarhttp://juegodesabores.blogspot.com.es
Tiene una pinta exquisita, nada mejor que las mermeladas hechas en casa!!
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog y me quedo como seguidora, me gustan tus recetas. un beso!
Cristina Gracias yo tambien te sigo te visite y me encanto lo que vi!!
EliminarExcelente, nos alegra mucho que os haya gustado. Dices novata!? madre mía que buenas recetas que tienes!
ResponderEliminarUn saludo granaina!