Estamos en un cambio de estación; cambia el tiempo, las horas de luz, cambiamos las vacaciones por el trabajo, la ropa de verano por la de invierno y los niños empiezan el colegio, cambio con el cual, más de uno se alegrará…. es hora de volver a la rutina invernal.
Bien es cierto, que todo esto lo hacemos con una sensación de inquietud rondándonos el estómago, con ese quiero y no quiero, que va dejando atrás el desapego al reloj, las siestas bajo el árbol, y la falta de remordimiento si nos acostamos o nos levantamos tarde. Ya sé, que me repito… es un síntoma de que en el fondo la lucha de esta contradicción, me está atacando fuerte.
¡El calor sofocante ha vuelto! Dígase de los membrillos o de San Miguel, el veranillo de septiembre nos introduce en la nueva estación y nuestra actitud, comienza a adaptarse a todos estos cambios. En estas fechas empezamos a introducir comidas olvidadas durante el verano y a reorganizar menús necesarios para el funcionamiento diario de nuestras casas.
Cambios en nuestras mesas y en los productos que tenemos a nuestra disposición. ¡Aparecen los higos y qué ricos están! Nos acompañan en este periodo de transición de final de agosto a primeros de octubre. Y ahí, entra mi cuñado Paco, adora la naturaleza y recibe con cariño y satisfacción lo que la diosa Gea le brinda, cuida su tierra con mimo como un agricultor de vocación. En esta ocasión nos trajo unos higos Isabeles de las higueras de su cortijo. Los hemos comido frescos, en tarta de queso con higos y en esta deliciosa mermelada, para tostadas, con queso... ¡Riquísimos!
Ingredientes:
1 kg de higos limpios y pelados
350 g de azúcar blanca
150 g de azúcar morena
zumo de medio limón
Para hacer la mermelada debes lavar los higos, pelarlos, cortarlos en cuatro y pesarlos. Ahora le toca el turno al azúcar, pones dos terceras partes del peso de los higos de azúcar blanco y una tercera parte en azúcar morena. Lo pones todo en un bol hondo y le hechas el zumo de limón, déjalo reposar unas horas o toda la noche para que maceren.
Vuélcalo todo en una cazuela y a fuego medio se deja cocer durante 30 a 40 minutos, moviéndolo a menudo para que no se pegue. Cuando la mermelada haya espesado, la retiras y pasas por la batidora.
Yo la repartí en varios botes para regalar. También puedes hacer conserva, primero esterilizar los botes de cristal en agua hirviendo durante unos 15 minutos y una vez escurridos boca abajo y secos debes rellenarlos y cerrarlos bien. Luego los metes en una cazuela con agua al baño maría y los dejas unos 30 minutos desde que el agua rompa a hervir.
Es una mermelada exquisita y con un precioso color dorado, para usar en platos dulces y salados. ¡¡Un verdadero lujo!!
Btrix
Después de la pedazo de mermelada de moras que me hizo mi madre... como vea esta de higos!! se lo comentaré, te ha quedado genial, un besote.
ResponderEliminarHola Juanjo!! hazla esta muy rica, a mi también me gustaría hacer la de moras, a ver si este finde me voy de excursión!!
Eliminargracias por venir!! besos
un mermelada asi es divina¡¡
ResponderEliminarbss
Graclias Miquel!!! si que esta rica y es original, he visto tu ceviche y voy a ver si me animo a hacerlo. besoss
EliminarFantástica Beatriz, ya tengo mis tarros pensando en la Navidad...o bien para el aperitivo o para acompañar unos solomillos a la sal. Bss
ResponderEliminarQue bien Ana!! que buen uso se le puede dar!! además es un sabor especial que hay que aprovechar! besoss
EliminarNo me gustan los higos pero este fin dr semana esta mermelada cae. Tiene muy buena pinta.
ResponderEliminarSeguro que te gusta!! prueba a hacerlo y me dices.
ResponderEliminarGracias por venir! bsos